bolsas de plastico

La normativa del consumo de bolsas de plástico

Las bolsas de plástico de un solo uso son uno de los productos más utilizados en la sociedad. En cualquier compra están al alcance de la mano para facilitarles a los consumidores la carga de los productos. Más de una vez los consumidores salen de los puntos de venta llevando más de una bolsa de plástico.

La producción de bolsas de plástico se inserta en un contexto general en el que la producción de plásticos a nivel mundial continua creciendo, como muestran los datos extraídos de «El estado de los plásticos» publicado por The United Nations Environment Programme , y sus aplicaciones prácticas y usos novedosos tampoco se detienen.

En el caso de las bolsas de plástico tres factores fundamentales han ayudado a su popularidad:

  1. La comodidad que ofrece a los consumidores por un costo relativamente bajo o inexistente en muchos casos.
  2. La rapidez y simpleza de su producción para los fabricantes.
  3. Su presencia constante en los establecimientos.

¿Cuántas veces hemos escuchado que las bolsas plásticas representan muy bien un modelo de consumo de usar y tirar?

Debido a que estas bolsas se convierten en residuos de forma rápida, su uso masivo ha creado, a la vez, un problema medioambiental cuyas consecuencias negativas son visibles.

Impacto de las bolsas de plástico en el medio ambiente

Tipos de bolsas de plástico

Por su peso las bolsas de plástico pueden clasificarse en tres grandes grupos:

  • Bolsas de plástico muy ligeras (menos de 15 micras) que generalmente se utilizan para empaquetar productos de higiene, alimentos frescos o de los que se ofertan a granel.
  • Bolsas de plástico ligeras (menos de 50 micras) que son las más populares por su presencia en los establecimientos.
  • Bolsas de plástico gruesas (más de 50 micras) que son bolsas reutilizables al ser más resistentes por el material plástico con que se producen.

Consecuencias ambientales del uso de bolsas de plástico

La energía y materias primas que se destinan para producirlas, son de los principales impactos ambientales que provocan las bolsas plásticas. Consecuencias que son agravadas por datos que muestran que el año pasado se utilizaron en el mundo cinco billones de bolsas plásticas, lo que da un promedio de 160 000 bolsas utilizadas por segundo, según el portal The world counts, y que los niveles de reciclaje siguen siendo bajos (no superan el 10%).

Los daños que provocan las bolsas de plástico en los mares y océanos son incalculables, la presencia de estas bolsas en las aguas en volúmenes imposibles de determinar ha causado severos daños a la flora y la vida animal marina. Hablamos tanto de las bolsas flotantes como las que yacen en el fondo marino. Muchas veces lo que no se nota es que las consecuencias de la contaminación que genera la mezcla de las toxinas que posee el material plástico con el agua, no son solo para peces y demás animales marinos. Los suministros de agua contaminada son una situación que nos afecta a todos por igual.

Otra de las situaciones medioambientales desfavorables que provocan las bolsas de plástico, es su acumulación en las calles y otros entornos. Además del deterioro estético evidente, la acumulación de bolsas facilita que surjan enfermedades transmitidas por vectores y bloquea los sistemas de drenaje. Esto último influye negativamente en la gestión de inundaciones y eleva los gastos económicos necesarios para limpiar y gestionar adecuadamente estos residuos.

Incluso cuando se reciclan de forma correcta, depositándolas en el contenedor amarillo, las bolsas de plástico son tan ligeras de peso que se convierten muy rápido en uno de los tipos más comunes de basura al salirse de este contenedor o de los camiones de basura que transportan los residuos o cuando el viento las arrastra de los propios vertederos.

Medidas para reducir el uso de bolsas de plástico

La preocupación mundial sobre el problema de la contaminación que causan las bolsas de plástico se ha expresado en los últimos años a través de campañas y estrategias de sensibilización (promovidas por gobiernos, organizaciones no gubernamentales y comerciantes), acuerdos voluntarios con los distribuidores, imposición de impuestos sobre su consumo, estimular el uso de bolsas reutilizables.

En 2015 el Parlamento Europeo aprobó una directiva que regula el consumo de bolsas de plástico ligeras. Este tipo de bolsas de plástico representa en la actualidad la mayor cantidad de bolsas que se utilizan y eso las convierte en el principal objeto de atención.

A tono con esta normativa, en nuestro país se aprobó el año pasado un decreto ley, con el que se incorporó al sistema jurídico español las recomendaciones y disposiciones aprobadas a nivel europeo. El objetivo de este decreto es reducir el consumo de bolsas de plástico y a la vez crear un registro para obtener información sobre las bolsas de plástico puestas en el mercado, ya que de esta manera podrá evaluarse cómo se cumplen los objetivos propuestos de reducción del consumo.

Las medidas fundamentales aprobadas en el decreto son:

  • A partir del 1 de julio del 2018 quedó prohibida la entrega de bolsas plásticas ligeras de forma gratuita. Es decir, desde esa fecha en los puntos de venta se cobran las bolsas plásticas ligeras. Excepciones en esta medida son las bolsas plásticas muy ligeras (las bolsas menores de 15 micras) que son necesarias por cuestiones de higiene o se utilizan como envase de alimentos a granel, y las bolsas gruesas fabricadas con plástico reciclado en un porcentaje igual o superior al 70%.
  • A partir del 1 de enero de 2020 las bolsas gruesas (bolsas de más de 50 micras) tendrán un precio menor y deberán ser fabricadas al menos con un 50% de plástico reciclado, y quedarán prohibidas totalmente las bolsas de plástico fragmentable (bolsas fabricadas con materiales plásticos que incluyen aditivos que con el paso del tiempo fragmentan el plástico en pequeñas partículas. Ejemplos: las llamadas bolsas «oxobiodegradables» u «oxodegradables»).
  • A partir del 1 de enero de 2021 no podrán entregarse en puntos de venta bolsas de plástico ligeras ni muy ligeras, que no sean de plástico compostable. Solo se permitirá la entrega de bolsas compostables, es decir, que puedan degradarse biológicamente en plantas de compostaje o en compostadores domésticos.

Las campañas de información y sensibilización son vías a través de las cuales el consumidor podrá conocer las consecuencias negativas que tiene para el ecosistema el uso de cualquier tipo de bolsa de plástico. El decreto enfatiza que impulsar ambas vías contribuye de forma complementaria a reducir los niveles de consumo de estas bolsas y se fomenta el uso de otras alternativas.

Alternativas para reducir el uso de bolsas de plástico

El tiempo que lleva producir una bolsa de plástico es de aproximadamente cinco minutos y el uso promedio que se le da está entre los 12 y los 25 minutos. Al 90% de estas bolsas se les da solo un uso.

Estos datos contrastan con otra realidad. Debido a los materiales que se usan en su fabricación (en su mayor parte derivados del petróleo como son el polietileno y los policlorulos), las bolsas de plástico tardan alrededor de 500 años en degradarse. Esto no hace más que reafirmar una idea que parece aplicarse muy bien a los productos plásticos: se invierte mucho en su producción y se usan muy poco tiempo.

La mejor alternativa es que los establecimientos no entreguen bolsas de plástico y los consumidores no las usen. Para minimizar el daño que causan en el medio ambiente se pueden tomar algunas iniciativas:

  • Si tu compra no necesita bolsas plásticas evita usarlas. Una buena opción sería llevar una bolsa desde casa.
  • En caso de tener bolsas de plástico en casa, reutilízalas todo el tiempo que puedas o recíclalas haciendo ideas originales y creativas (flores, cestos para ropa, colgantes para macetas, portalápices).
  • Recicla las bolsas correctamente en el contenedor de plástico, el de color amarillo.
  • Si ves bolsas de plástico en lugares vulnerables, recógelas y deposítalas en el contenedor correcto para evitar los daños de la contaminación.
  • Contribuye en campañas de sensibilización que incidan en espacios en los que interactúas frecuentemente con otras personas: casa, trabajo, oficina, comunidad. Dedica tiempo a explicar a las personas de menor edad cómo pueden ayudar.

Una excelente iniciativa para evitar el uso de bolsas de plástico es usar bolsas reutilizables. Las conocidas bolsas de tela TST, por ejemplo, ofrecen una gran resistencia y por su durabilidad es mayor. Son bolsas que puede reutilizarse constantemente. Otra opción son las bolsas de papel reciclado, unas bolsas que se fabrican sin utilizar nuevas materias primas ya que el papel reciclado es muy fácil de obtener a partir de periódicos, revistas, libretas viejas, papeles usados y cartones.

 

Cobrar el uso de las bolsas de plástico es un paso de avance hacia regulaciones más consecuentes que promuevan la sustitución total de este tipo de bolsas y de cualquier otra que contenga materiales de plástico. Resta tiempo para saber cuán efectivas serán estas medidas, un 30% de los países que las han promovido han tenido resultados significativos, mientras otro 20% de estos países reportan que apenas se han producido cambios en los hábitos de uso de los consumidores.

Valdría detenerse a pensar en lo siguiente: ¿supone un alto costo para muchos consumidores pagar una bolsa de plástico en comparación al precio total que pagan por una compra?